QUÉ: Punisher (el Castigador de toda la vida) se reinventa por enésima vez en una colección para lectores adultos.
CÓMO: Lleva un largo período con una serie propia que ha captado la atención del público y la crítica. Gente más lista que yo apunta que es muy posible que nos encontremos frente a la edad de oro del personaje.
CUÁNTO: 11 eurobonos el primer volumen (‘Kingpin’)+ 12 eurobonos el segundo (‘Bullseye’). Sale la bala a litro y medio de sangre.
DÓNDE: Es recomendable leerlo en la sección de cárnicos del supermercado, en mataderos y cerca de gente que huele fuerte.
POR QUÉ: Nunca he sido mucho del Castigador, pero sí de Bullseye y el dibujante Steve Dillon, por lo que compré a ciegas el segundo volumen para darme cuenta al momento de que me había perdido algo que podía ser muy interesante. Así que no me quedó más remedio que agachar las orejas y pedir a mi librero de confianza que añadiera a la montaña mensual un título más. Ya le debo haber financiado un par de mansiones con mis compras, así que qué más da si le subvenciono una piscina más grande.
Sí, al turrón: son dos tebeos hiperviolentos, ciertamente angustiantes y ligeramente gore. La etiqueta MAX se la inventó Marvel para poder enseñar pezones femeninos y escribir la palabra que empieza por ‘f’ y acaba en ‘uck’, algo que aquí nos puede resultar extraño al criarnos con La Chica del Viernes y las películas de Vicente Aranda, pero que es totalmente comprensible en el conservador mercado americano.
Sin embargo, es la crudeza con la que se narra la historia y lo aberrante del comportamiento sus personajes lo que a mi entender la hace recomendada para lectores adultos, y no un pecho absurdo o una palabrota que cualquiera puede escuchar en horario protegido.
El triángulo de dolor bizarro que forman Punisher, Kingpin y Bullseye (el Castigador, el rey de los bajos fondos y el asesino psicópata) representa tres conceptos que requieren una cierta madurez en el lector: la venganza, la ambición y la violencia. Cada uno busca sublimar su existencia a través del asesinato, pero con fines completamente distintos.
El guionista, Jason Aaron, se está convirtiendo en uno de mis escritores favoritos. Me quedé pasmado con su nuevo Motorista Fantasma (decíamos ayer…) y no hay duda alguna de que ha sabido encontrar el tono adecuado al personaje. Los villanos son viejos conocidos de todos y hasta al lector novato le sonaran de la película de Daredevil (Michael Clarke Duncan como Kingpin y Colin Farrel en un fantástico Bullseye), pero en este tebeo alejado del universo Marvel tradicional son diferentes. Y dan mucho miedo.
Del dibujante, Steve Dillon sólo puedo deciros que se encargó de la parte gráfica de, a mi modo de ver, uno de los mejores tebeos de la historia, Predicador, una novela en 75 entregas que es sencillamente impresionante. A ver si un día la recupero por aquí. Dillon, decía, no está muy a gusto en esto de los superhéroes, como ha demostrado recientemente encargándose de media docena de números de Ultimate Comics Avengers, pero se mueve como pez en el agua en las historias bélicas y de género negro, y hay mucho de ambas en este Punisher Max.
Pues que a mí me ha gustado. Tengan cuidado ahí fuera.
4/5 PAPADAS KINGPINIANAS